
¡No lo pudieron matar!. ¿Quién dijo que el Almacén El Caburé no está más?. Si la foto no miente, allí está orgulloso paradito siempre en Ombú desde el día que lo construyeron en 1910 junto a mi casa y frente a la estación.
El viejo surtidor de nafta a con su bomba de mano sigue entregando su combustible para quien lo quiera comprar. Allí debajo de la dura piedra, escondido está el tanque que contiene el líquido. Detrás de la puerta está su viejo mostrador, está el almacenero vendiendo, los parroquianos que en el alto diario de sus tareas se pegan a la copa de vino. Entre todos van construyendo el futuro, van desgranando lo mejor para el país, traen noticias y se anotician de lo que no saben.
El pan, las conservas, los fideos, se siguen amontonando sobre el mostrador y don Cacho con su letra prolija le va agregando cada artículo a la boleta que ha prestando su blanca cara a la tinta para que nada quede olvidado. Se suman, un recado, un cinchón, cuatro bulones, una botella de ácido para soldar, un rollo de alambre, tres kilos de harina, el repuesto para el molino... No falta nada está todo, al final el número redondito disimula los tres vinos, total entre tanta cosa quien se va a dar cuenta que hay tres pesos de un artículo que nadie compró. La correspondencia que hace un rato que llegó, se suma a la caja y las bolsas que en las manos del capataz salen llenas hasta el sulky. El noble tordillo espera impaciente la hora de volver a su potrero para pastar. Todo acomodado, el sol en el horizonte avisando que el día se va, pero aún hay tiempo para la última mentira y el último trago, que de último tiene el nombre porque van a seguir varios más, total la mentira no tiene tiempo ni apuro, está allí para quien la quiera oír y quien la quiera contar
¿Qué lo demolieron?. ¡Mentira!. Si la foto no miente, allí está. No ves la puerta sin tranca, la pared a la que le falta la pintura, está todo. Si allí están Margarita con sus alumnos, Amelia con su muñecas y yo con mi autito de juguete. ¡No estoy loco!. ¿No lo ves?. Es el almacén el Caburé, no estuvieron ni Francia ni Sueldo con la masa en la mano tirando ladrillo por ladrillo en el 69, allí está paradito la foto no miente ese es el Almacén El Caburé. ¿No ves que no lo pudieron matar?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario